La fe es una mirada limpia de la realidad. Es así; por eso, la fe, con su mirada limpia es la entrada espontánea en la verdadera plegaria y silencio. La fe lo que hace es eliminar LAS SOMBRAS; son esos pequeños y aparentes hilos finísimos que, unidos, constituyen verdaderas nubes que obstaculizan la visión real de lo que somos y de lo que vemos. Y estos mismos obstáculos nos los llevamos a nuestro silencio y plegaria. Nos cuesta ver la realidad tal como es; nos cuesta mantenernos en el misterio de nuestro silencio. Estate atento, discierne bien la causa de tanto despropósito; desbroza intereses personales;, limpia tu camino de apariencias y de falsedades; no tengas miedo a quedarte como eres, tal como Dios te ve. No lo olvides, esa visión será mucho más amable y fiel que la que ves desde tus apariencias y falsedades. Esa visión te la da la fe. Es la que te libera y te coloca en la verdadera percepción de ti mismo, de los demás, de todo lo que te rodea y de todas las circunstancias que te envuelven. La fe es entrar en el Reino de la RIQUEZA; sí, no tengas miedo de decirlo y escucharlo; vas a tener a tu disposición y disfrute la infinita variedad de motivos reales que descubrirás con la fe. Abre los ojos de la fe y lo experimentarás; no pierdas esta hermosa oportunidad de contemplar la belleza de todo lo que Dios ha puesto, providencialmente, en tu camino, para que lo disfrutes con gozo, paz y alegría.
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