Es la fiesta de Santa Clara, la compañera inseparable de San Francisco y la fundadora de las damas pobres; ella ha sabido vivir, como una auténtica maestra , el camino que conduce hacia Jesús. De familia noble y rica, y educada en este mismo protocolo, supo vivir con firmeza , su despojo personal. Descubierto Jesús, lo que hay que hacer es despojarse de todo aquello que impide esta vivencia tan apasionante. Jesús, el Señor, lo es TODO, POR TANTO, LO que hay que hacer es dejar las migajas, para vivir la integridad del todo. Y el todo es la paz, el amor, hecho realidad en la fraternidad. Desde su vivencia de la paz del Señor, plasmará una auténtica fraternidad, vivida en la intimidad de San Damián, y que se proyecta al mundo entero. El amor, la paz, no tienen fronteras; vividas en la intimidad, con aquellos que te rodean, en tu parroquia, se proyecta sin fin a todos los rincones de la sociedad y del mundo. Ya ves, estamos celebrando la fiesta de Santa Clara, que vivió recluida en el eremitorio de San Damián por más de treinta y cinco años, y de ellos, veintisiete, postrada en la cama. Y su vida y su mensaje lo estamos celebrando en toda la iglesia. Vive la paz, vive el amor, tendrás la vida eterna y la proyectarás a todos los que te rodean y a toda la humanidad. Ama y serás eficaz, porque será Dios quien te acompaña.
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