martes, 31 de marzo de 2020

PORQUE NOSOTROS LLEVAMOS EL FUEGO

Es la palabra que más hemos de repetir en estos día; estamos pasando por dificultades ingentes que nos sobrepasan; no hemos de temer, porque nosotros somos portadores del fuego, con el que podremos superar todas las dificultades. Es el diálogo de un padre con su hijo. Ambos se encuentran en peligros sin fin. El padre que le susurra al hijo:
no nos pasará nada, porque tú tienes el fuego. Debes ser consciente de que llevas el fuego.
El hijo que no entiende y ante las dificultades que le rodean, está muy asustado y responde:
no sé cómo se hace eso;
el padre, de nuevo le insiste:
sí lo sabes; debes abrir bien los ojos.
El niño, aún más turbado, casi con lágrimas en los ojos, pues el viento de la tempestad removía todo su ser, se atreve, balbuceando, a preguntar:
y…¿DÓNDE ESTÁ? YO NO SÉ DÓNDE ESTÁ…, y es ahora, en medio de tantas dificultades, que lo estoy necesitando.
El padre, bañado en un mar de lágrimas, acerca a su hijo, tiernamente lo abraza y lo estrecha entre sus brazos y le dice:
SÍ LO SABES… ESTÁ DENTRO DE TI…YO LO VEO, PUES DESDE QUE NACISTE, YO DEPOSITÉ EL FUEGO DE MI AMOR EN TU CORAZÓN, Y, PRECISAMENTE, PARA QUE SUPIERAS CAMINAR EN LA TEMPESTAD.

El fuego está en el hijo, en cada uno de nosotros que somos sus hijos, porque lo ha depositado el beso de amor del Padre, y ha hecho su morada en cada uno de nosotros; más aún, como buen Padre, está dispuesto a dar su vida, y así lo hizo, por todos y cada uno de nosotros. Imaginad la misma tormenta sin este fuego del amor del padre. En primer lugar, perderíamos esa
MIRADA SERENA PACÍFICA Y SIMBÓLICA QUE SABE DAR SU SENTIDO REAL Y VÁLIDO A TODAS LAS PERSONAS Y A TODO LO QUE EXISTE.
Hay que buscar este fuego, esta mirada, este amor. Si todo esto desaparece, nuestra sociedad se convierte en un auténtico canibalismo; lo cual significa que:
USAMOS A TODOS Y A TODO AL SERVICIO EXCLUSIVO DE NUESTRO PROPIO EGOÍSMO.
Nos destrozamos unos a otros sin ninguna perspectiva y sin ninguna compasión. Se están poniendo todos los recursos oportunos para superar este virus que nos aflige; y ojalá esto ocurra en breve; pero, desde la fe, decimos: si todo en esto solamente se queda, nos habremos detenido en el principio del camino. A la superación del virus, debe acompañar, el
REDESCUBRIMIENTO ESPIRITUAL DEL FUEGO DEL AMOR QUE DIOS HA DEPOSITADO EN CADA UNO DE NOSOTROS.
Quien es consciente del fuego que lo devora, no margina a los hermanos, no manipula y destruye, y sobre todo, a los más débiles; con el fuego aprendemos, en frase de Kierkegaard, a hablar de corazón a corazón; el corazón no conoce otro camino:
CORAZÓN A CORAZÓN…EL CORAZÓN HABLA AL CORAZÓN.

El fuego aglutina todo nuestro ser, con el único fin de que, con todo su ser, sin pérdida mínima de ninguna posibilidad, nosotros sirvamos al corazón de los demás. Quien no entiende esto, no saboreará nunca las mieles sabrosas de un amor sin reservas que, sin mérito por nuestra parte, el
PADRE HA DEPOSITADO EN TODOS Y CADA UNO DE NOSOTROS, Y QUE NOSOTROS, CONSCIENTES DE ELLO, LO DEJAMOS FLUIR EN BENEFICIO DE LOS HERMANOS.
Y, si lo propio del fuego es encender, encendamos, de ese mismo fuego, a todos los hermanos. Paz y bien desde el Racó. Os sentimos presentes en nuestro retiro.
P. Llopis (31/03/2020)

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