Jesús
se aparta de la gente y de sus discípulos cuando se trata de
intimidad con el Padre; las manifestaciones eternas vendrán a
posteriori; en cambio, la intimidad es una flor delicada que cualquier
viento inoportuno la puede agostar. Y es que el primer secreto del
amor es la delicadeza. Visitar los Santos Lugares es embeberse de
esta delicadeza de la que hace gala el Señor. Pueden ser desiertos
áridos e inhóspitos como panoramas preciosos alrededor del lago de
Tiberíades. En todos ellos, brilla la belleza, la delicadeza y la
invitación a la intimidad.
Puede que esta nuestra
sociedad lo haya todo vulgarizado, haciendo primar sobre todo lo más
grande, el ruido que le acompaña; con ello, hemos desnaturalizado el
núcleo de la cuestión. Y, en cambio, es difícil acallar el grito
del corazón con ruidos exteriores; y, cuando esto ocurre, o se
intenta, el resultado es profundamente insatisfactorio. Y es que no
se puede doblegar al amor. Todo y ser una planta tan delicada, tiene
unas ramificaciones tan diminutas y sensibles que aparecen en todas
las manifestaciones de la vida. Son los secretos del amor.
Pero…,
son secretos a voces, porque el que más grita, y en todo momento
nos inoportuna es el amor. Es este, el amor, la medida de nuestro
crecimiento; tanto crecemos cuanto amamos; y si esto no lo tenemos en
cuenta, él, el amor, lo hará notar en cualquiera de todos los
momentos de la vida. A una persona, en edad de crecimiento
fisiológico, no puedes detener su desarrollo; y es cierto que
nuestro crecimiento fisiológico puede, y de hecho ocurre, puede
tener un límite. En cambio, nuestro crecimiento en el amor es
infinito, debe siempre crecer; y no es que no se cansa de crecer, es
que si no lo hace, te lo hará notar sin pausa, continuamente y hasta
el infinito. Tengas la edad que tengas, estás en la mejor edad para
crecer en el amor. Repito: son los secretos del amor.
Y…¿Cómo
LO HACE EL AMOR? ¿CÓMO REIVINDICA SU PRESENCIA OLVIDADA?
Recordad
esa frase tan repetida: no sé lo que me pasa, pero no estoy bien. Yo
la he oído a muchísimas personas. Se intenta buscar refugio en
multitud de evasiones eternas; el resultado es el mismo: terminada la
evasión, me encuentro en la misma situación. No lo olvidéis: ES EL
VACÍO QUE REIVINDICA EL AMOR. Es manifestación clara de que el amor
no está ocupando el lugar preponderante que le corresponde en tu
vida. Es el grito del amor que te pide que vuelvas a tu esencia que
es ser amado y amar. Es por eso que es muy difícil ponerle barreras
sustitutorias al amor; por cualquiera de sus rendijas, lanzará su
grito de libertad que sobrepasa y traspasa los muros, aparentemente,
indestructibles que le queramos poner. El amor siempre encuentra la
manera de manifestar su presencia, sea en actitud de marginación,
ausencia o presencia.
El grito del amor se percibe
continuamente; él no deja de llamar a nuestras puertas hasta ser
escuchado. Unas veces lo hace de una manera indirecta; y es curioso,
cuanto más levantamos la voz, cuanto más nuestras evasiones son
llamativas y estentóreas, cuanto más buscamos una satisfacción
puramente externa, cuanto más nuestras reacciones son del todo
desproporcionadas a los impulsos que, supuestamente, las provocan,
más estamos evidenciando el papel protagonista que el amor reclama.
Y es que en el caos que todo lo anterior provoca, el vacío siempre
aflora, siempre manda sus mensajes de inquietud y miedo. Y ese vacío
es el grito del secreto del amor que reclama su puesto en toda
nuestra vida y en todas sus manifestaciones, y no hay nada ni nadie
capaz de llenar ese vacío que no sea el amor.
Otras
veces es como al profeta Elías, en forma de brisa suave. Es una
brisa especial, inconfundible; no hay posibilidad de equivocarnos.
Es una brisa que es motor en todos los aspectos de la vida. No hay
nada que detenga la fuerza de la debilidad de la brisa del amor. Va
acompañada de facilidad y posibilidad. Es así. Todo aquello que
antes te parecía amargo, difícil, se convierte en camino llano y al
alcance de la mano. Has sido encontrado por el amor. Aquel que veías
como adversario, se convierte en tu hermano; aquel momento de
turbación, que, en cualquier otro momento, te hubiera llevado a la
más sombría tempestad, lo has aceptado con amor. El Jueves Santo se
ha aposentado en tu vida; el amor ha sido el protagonista de tu vida.
Las cargas en la vida, y estas, sí, insoportables, las produce la
cobardía y la vulgaridad. Escuchar el amor, ser discípulo del amor
es el secreto a voces más sonoro que Dios ha depositado en nuestro
corazón. Un mismo acto, hecho con amor o sin amor, tiene
connotaciones diversas y evidentes que todos nosotros sabemos
descubrir. El primero, hecho sin amor, rápidamente se convierte en
carga difícil de mantener; el segundo, el hecho con amor, es camino
de libertad, amor, paz y fraternidad. Hagamos de nuestra vida un
continuo y constante JUEVES SANTO.
Paz
y bien. Mañana, jueves santo, charla a las 11’30, eucaristía a
las siete de la tarde; hora santa, a las 22’00 h. Nos veremos en
todos estos actos.
P.Llopis (08/04/2020)
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