A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; son las palabras de Pedro ante la actitud de todos aquellos que se echan atrás ante lo que le escuchan a Jesús. Es también una experiencia gozosa; darnos cuenta, experimentar que no hay nada que iguale a lo que es Jesús y nos ofrece. Cuando de Él nos separamos, todo se vuelve transitorio y superficial, parece que nos debilitamos ante las dificultades, languidece nuestro corazón, nos falta la chispa que enciende nuestra ilusión y nuestra fuerza; en definitiva, la desilusión se nos apodera y cualquier pequeña dificultad se agranda y nos domina. Fijaos en el final de la frase de Pedro: ....Tú tienes palabras de vida eterna... El cambio es trascendental; no es que despierta nuestra vida; es que le da ETERNIDAD; es esa la sensación que da seguridad a nuestra vida. El presente lo remueve y lo eleva, y nos da la seguridad de que siempre, eternamente, el Señor seguirá alimentando nuestra vida. Esta historia puede ser la de cada uno de nosotros. En nuestra debilidad, no miremos a aquello que nos produce mayor languidez y debilidad; la presencia de Jesús tiene PALABRAS DE VIDA ETERNA... Y todo se renueva y se restaura.
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