A lo largo de este
confinamiento, hemos estado dando nuevas oportunidades en las que nos
hemos sentido, a pesar de la lejanía, en contacto constante unos con
los otros. Experiencias personales que hemos compartido con los
hermanos, celebraciones de la Palabra en las que hemos tenido la
oportunidad de expresar nuestras vivencias, eucaristías diarias en
las que nos hemos sentido en comunión con los hermanos. La verdad
que todo ha sido un verdadero regalo del Señor. Seguiremos con las
plegarias comunitarias y con la eucaristía diaria.
Ahora vamos a dar un paso más.
Se acerca el verano y, aunque va a ser un poco atípico por las
circunstancias sabidas, nosotros queremos aprovecharlo al máximo.
Dos son los acontecimientos que vamos a vivir de una manera especial
con toda intensidad.
P. Llopis (12/06/20)
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